El apéndice es muchas veces considerado un órgano vestigial, es decir, órganos que fueron útiles para nuestros antepasados remotos pero que hoy son innecesarios. Por ejemplo, el grupo de músculos que permiten mover las orejas para poder captar con mayor precisión el origen de los sonidos, sin duda fueron imprescindibles para nuestros antepasados ayudándoles a evitar ser la presa de algún depredador.
Otro órgano vestigial muy conocido es el tendón palmaris longus, que se encuentra en nuestro brazo y se hace visible cuando tocas tu índice con tu pulgar, permitía aferrarse de manera fuerte a ramas de manera similar a los simios.
En cuanto al apéndice, hasta hace poco tiempo se creía que era el vestigio de una serie de órganos que le ayudaba a nuestros antepasados a digerir y procesar celulosa, la fibra de las plantas. A diferencia de otros órganos vestigiales no ha ido desapareciendo gradualmente con el tiempo, como ocurre con los músculos para mover las orejas o con el tendón palmaris longus, el 14 % de la población nace sin el.
Si la evolución no se ha encargado de él ¿Sirve para algo?
Este órgano puede enfermar con gran facilidad inflamándose y de no ser atendido a tiempo puede explotar e infectar al resto del sistema digestivo, por lo que su extracción es muy común, tras la intervención no parece haber efectos colaterales negativos es por eso que por mucho tiempo se creyó que el apéndice no tenía una función.
¿Para qué sirve el apéndice entonces?
Un estudio realizado en 2011 por el Hospital de Winthrop de Nueva York descubrió que aquellos pacientes a quienes se les había extirpado el apéndice eran mucho más proclives a desarrollar infecciones por clostridium difficile, una bacteria que causa diarrea y problemas intestinales más graves como colitis.
Esta información permitió orientar la investigación acerca del funcionamiento del apéndice hacia las bacterias de los intestinos. El equipo de investigación médica de la Universidad de Duke concluyó que la función del apéndice es la protección y producción de diversos microorganismos benéficos que protegen al sistema digestivo.
Funciona como una copia de seguridad de las bacterias intestinales benéficas, si por alguna razón estas fueran mermadas por laguna enfermedad, el apéndice enviaría nuevas bacterias para mantener el funcionamiento del sistema digestivo.
Entonces, ¿Es importante conservar el apéndice?
En realidad no, todos los seres humanos nacemos sin una sola bacteria en nuestro organismo que nos ayude a digerir, estas las obtenemos al ingerir alimentos y con el paso del tiempo tenemos una flora intestinal (bacterias benéficas) que protege nuestro estómago.
Lo mismo ocurre si una enfermedad acaba con nuestra flora intestinal, al cabo de un mes estaría por completo repuesta, así que muchos especialistas de la salud aún no califican como un órgano necesario al apéndice. Lo cierto es que aún nos falta mucho por investigar acerca del función del apéndice.