Durante la última década se ha cuestionado mucho el beneficio de consumir lácteos, en especial leche, muchos de los argumentos en contra se enfocan en que no es necesario seguir consumiendola después de finalizar la etapa de lactancia. También se dice que no es sano consumir leche proveniente de otros animales, como la de vaca o la de cabra, porque nuestro organismo no está diseñado para poder digerirla adecuadamente.
Sin embargo, el consumo de leche también tiene beneficios, mas allá de la premisa leche = a calcio = a huesos fuertes, que nos han vendido y que ha sido desmentida, estudios recientes señalan que el cerebro del infante se beneficia de la grasa contenida en la leche, por lo que es preferible que consuma leche entera. pero la cantidad es muy importante, de acuerdo con la edad se recomienda que ingieran solo las siguientes cantidades de leche.
- 2 a 3 años de edad: 2 tazas (480 ml)
- 4 a 8 años de edad: 2½ tazas (600 ml)
¿Qué es la lactosa?
La lactosa es un compuesto de 2 tipos diferentes de azúcares glucosa y galactosa, que mejora la absorción de minerales y proporciona energía a nuestro organismo.
Para poder metabolizar la lactosa nuestro cuerpo produce lactasa que se encarga de descomponer estos azúcares, haciendo que sea fácil digerirla, cuando el cuerpo no produce la cantidad necesaria de lactasa se producen malestares intestinales, a esta condición se le llama intolerancia a la lactosa.