En temporadas de calor todos estamos más expuestos a contraer una infección estomacal, gracias a que el aumento en la temperatura favorece la reproducción de microorganismos como bacterias y virus presentes en alimentos y bebidas que no hayan sido manejados con la higiene adecuada.
Pese a que todos estamos expuestos a diferentes bacterias no nos afectan de la misma forma, esto se debe en gran medida al sistema inmune de cada persona. Factores como la alimentación, hábitos de higiene y ejercicio pueden fortalecer nuestras defensas, sin embargo, hay cierta parte de la población que por su edad se vuelve más vulnerable a sufrir una infección por bacterias.
Los niños suelen ser mucho más vulnerables a estas enfermedades, debido a la poca precaución que tienen al seleccionar sus alimentos. Recordemos que en la infancia la mayoría de los niños se maneja por impulsos. Por ejemplo… Es un día caluroso y la sed aparece, en la esquina hay alguien vendiendo aguas frescas. El niño va y compra la bebida, sin más. No se pregunta si el agua es de garrafón o por lo menos si esta hervida, o si el calor ha provocado que la fruta del agua comience a descomponerse. Mucho menos se pregunta si quien prepara el agua se ha lavado debidamente las manos antes de prepararla.
Si eres padre o madre sabes que sin importar cuantas recomendaciones le hagas a tus hijos es imposible evitar que consuman alimentos fuera de casa, y es aun más imposible que estos alimentos sean cien por ciento higiénicos.
¿Cómo saber si tu hijo comió algo que le sentó mal?
Pueden presentar.
- Fiebre, la temperatura es superior a los 36°.
- Diarrea.
- Dolor abdominal.
- Vómito.
- Labios resecos.
- Piel acartonada (poco hidratada)
- Esta más quieto de lo normal.
- Evita comer.
- Se lleva las manos al estómago en repetidas ocasiones.
Una de las infecciones más comunes en infantes es la gastroenteritis, una infección intestinal que se caracteriza por una deshidratación aguda, resultado de la diarrea y el vómito. La pérdida excesiva de agua en el cuerpo aunado a las altas temperaturas puede resultar mortal.
Si identificas estos síntomas en tus hijos es mejor que acudas cuanto antes con tu médico de cabecera.